miércoles, 30 de abril de 2014

Robot Dreams - Sara Varon

                                                 

En el mundo independiente del cómic no hay que buscar las obras maestras. Llegan gracias al azar.
Me gusta leer cosas livianas e infantiles cada tanto y  los cómics sin diálogo cuando funcionan bien, tienen una magia particular. Lo que no me esperaba, era una obra profunda con varios niveles de lectura al más puro estilo del Principito.

La historia trata sobre la vida de un perro que recibe por correo un robot para armar. Tienen una amistad bastante linda y simple hasta que el robot se oxida en la playa y el perro lo abandona. A medida que pasan los meses, siente culpa e impotencia por no poder recuperar a su amigo, e intenta llenar ese vacío con nuevas amistades como una familia de patos, osos hormigueros e incluso un muñeco de nieve. Por una u otra razón, que va desde las incompatibilidades de hábitos a la fragilidad de la vida, no logra adaptarse a nuevas amistades y el vacío sigue. El robot está tirado e inmóvil en la playa, lo único que puede hacer es imaginar  y soñar que el perro lo rescata al fin y que la amistad sigue, no siempre de manera idealizada. Otras veces sueña con nuevos comienzos, nuevas amistades, pero Sara Varon siempre nos recuerda el estado en el que está el robot.

                                                 
                                   

La genialidad del cómic está en la forma en la que la autora  logra narrar de manera muy simple de la que se encuentra en la literatura infantil y sin diálogos, una historia que trata sobre la necesidad de amistad. Le basta con pequeñas acciones y gestos para transmitir lo que están sintiendo los personajes desde la calidez de la amistad hasta la culpa y soledad. Cuando quiere resaltar algo, lo hace dejando una sola viñeta en la página en blanco, el efecto que logra es un grito de lo que está pasando por la cabeza de esos personajes que no dicen una palabra. De hecho, la historia en sí es una metáfora que nos hace comprender la manera en la que las relaciones humanas van y vienen, cosa que hace que muchas veces seamos crueles, incluso sin pensarlo. Hay algunos chistes muy sutiles que son funcionales a todo esto, no llegan a sacar carcajadas, pero si ese toque dulce y el encanto necesario en las historias infantiles. 

El dibujo es muy simple, no tiene grandes aspiraciones más que la de ser funcional a la historia. Funciona perfecto, con pocos trazos logra situaciones cotidianas con algunos guiños a la cultura comiquera. El robot se parece al que aparece en Laputa de Miyazaki, Sara Varon lo muestra cuando ven la película. Las expresiones faciales también están muy logradas dentro de esa línea. El coloreado también es simple, un tanto básico pero muy efectivo para generar los climas. Como les comenté, donde se luce es en el manejo de la narrativa comiquera y el uso de las secuencias para expresar con tanta maestría los sentimientos de los personajes.

Hay grandes obras donde uno menos se lo espera. La amistad entre un perro y un robot es una gran metáfora sobre las relaciones humanas, que incluso llega a doler. 

martes, 29 de abril de 2014

Teatro Manga 1 - Akira Toriyama



A finales de los 70s,  Akira Toriyama se había presentado en un concurso amateur de la revista Jump, no ganó pero el editor Kazuhiko Torishima vio potencial y lo animó a seguir practicando hasta que consiguiera el nivel necesario para publicar. Su  debut fue un manga corto de humor absurdo, Wonder Island, recopilado en este tomo con otras historias. No tuvo éxito pero fue la puerta de entrada que  Toriyama supo utilizar para ingresar al mundo del manga.

Siempre que puedo, trato de conseguir recopilaciones de las primeras obras de autores que me gustan. Es interesante ver el talento inicial en bruto, analizar el potencial que tenían y en parte, conocerlos mejor. En los tres tomos de Teatro Manga se nota algo raro, Akira Toriyama es una fuerza creadora enorme que supo expresarse desde sus inicios a tal punto de que uno se queda con ganas de que haya convertido esas historias cortas en series. Su evolución se nota en técnicas de dibujo y la forma en la que comienza a estructurar de forma más ordenada ese aluvión de ideas. Las historias del primer tomo se publicaron en Shōnen Jump entre 1978 y 1983. Aquí se nota cómo va evolucionando de un humor muy absurdo dentro de lo fantástico a aventuras con secuencias de acción muy logradas.
                                                              



Wonder Island desborda originalidad por todos lados, aquí se ve uno de los elementos más característicos del autor, que es la forma en la que logra un mundo fantástico coherente con una 
facilidad enorme. La historia en si es bastante simple,  Furusu es un piloto Kamikaze con apariencia de ave, que estrelló su avión en el pacífico y terminó en Wonder Island hace 35 años e intenta regresar a Japón.  Esto da pie a una seguidilla de Gags de tono absurdo, donde la gracia es ver la manera en la que Furusu la pasa mal. 

La continuación de Wonder Island está llena de referencias a la cultura de entretenimiento japonesa, y rompe por primera vez la cuarta barrera. Sus personajes comienzan jugando a Godzilla contra Ultraman cuando se enteran que comenzó la historia. De nuevo juega con el absurdo, haciendo sufrir al protagonista, esta vez una parodia de Harry el sucio. Los chistes son mucho más graciosos pero hay cierto descontrol a nivel argumental, y se siente que los personajes son como niños jugando.

                                                                      




En Tomato, le tocó hacer un manga con una chica protagonista. Se burla del policial clásico, siguiendo la línea típica del género. Esto lo obliga a ordenar mejor los gags dónde explota al máximo la personalidad excéntrica de Tomato y termina siendo muy efectiva. Gracias al éxito que tiene, se anima a lanzar Dr. 
Slump, con lo que comienza su popularidad. 

A principios de los 80s, Toriyama es uno de los diez seleccionados del premio de los lectores, donde tienen que dibujar historias de 45 páginas cada uno. En Pola & Roid se vuelca por completo a un género en el que se siente cómodo diseñando robots, naves, personajes y vestuario: La ciencia ficción. En esta historia parodia la lucha de dos héroes atípicos contra un imperio galáctico.
El salto a más páginas le viene muy bien, introduce y desarrolla mejor a los personajes. Las secuencias de acción están mucho más logradas y los gags tienen más tiempo para respirar.  El último es sublime.
En Mad Matic hay una mejora notable en la calidad gráfica gracias al ayudante de Toriyama. Hay secuencias que tienen una fuerza enorme y un muy buen nivel de detalle.
 La historia comienza con un pueblo que construye una heladera gigante para atrapar al dragón que vivía sembrando el pánico en la población. Los años pasan y los sobrevivientes saben que tienen que cuidar de que no se abra, a pesar de no tener idea de que hay adentro. Gracias a esto, le da un giro muy original y divertido a las historias de un imperio galáctico contra los héroes imprevistos.

                                                         

El tomo cierra con Chobit, la historia que más potencial tenía para convertirse en serie. Pisatrigo Montaña (Sí, así se llama) es un policía de campo bastante inútil que no puede resolver ningún caso. En una patrulla
 con sus hermanos, se da con un ovni con forma de pava en el que viajaba Chobit, una extraterrestre diminuta. Aquí logra una sensación de serie costumbrista con tintes fantásticos, con mucho potencial para seguir. Las dos historias son muy divertidas y dejan con ganas de más. 

Las historias del primer tomo de teatro manga son originales y divertidas. Desde ese entonces la imaginación de Toriyama era capaz de crear un universo propio con mundos y personajes únicos. No esperen peleas interminables como en Dragon Ball Z, en esta etapa lo que le interesaba eran las seguidillas de gags y las aventuras. Se van a entretener leyendo este tomo.









lunes, 28 de abril de 2014

Star Wars Devilworlds - Alan Moore


                                                      

Cuando me enteré de la descanonización del universo expandido de Star Wars me puse a buscar alguna obra que me haya impactado. Estuve entre la “Trilogía de Thrawn” o “Imperio oscuro”. Al final decidí por algo fuera de lo común, “Devilworlds”, que recopila siete cómics cortos de principios de los ochentas de la revista “Marvel UK Star wars”. Cinco son de un guionista que sería leyenda, estamos hablando nada más y nada menos que de Alan Moore. 

                                                       

Por ese entonces, Moore ya demostraba su potencial para encontrar una variante distinta y aprovecharla. El problema está en que por ahí se le va la mano y en muchos momentos sabemos que estamos en el universo Star Wars solamente por los personajes o el entorno de guerra entre los rebeldes y el imperio.  Sus historias se alejan de las aventuras y persecuciones de naves o toda la mitología de la fuerza que hicieron famosa a la saga. Apunta a una ciencia ficción más oscura e inteligente donde explora el elemento alienígena e ir más allá pensando en no quedarse en los planetas de siempre. Llama la atención la manera en la que deja muy bien parado al imperio y a Darth Vader como estrategas fríos y peligrosos; Los héroes se sienten más cómo personajes cliché del género.
 Al igual que en sus obras de 2000 AD, pueden entreverse algunas ideas que desarrolla más adelante, como el dios prisionero, juegos temporales y una suerte de planeta vivo. Hay muy buenas ideas, pero el problema está en que se nota que no se esforzó demasiado para sacarles el jugo al máximo. Simplemente buscó algo original y lo escribió en automático buscando los giros o el golpe de efecto para que funcionen las historias.  Aun así, logra estar por encima de la media del universo expandido.
Las historias de los otros dos autores, Steve Moore y Steve Parkhouse tienen un aire más aventurero, pero siguen la línea de apostar por lo diferente. El problema está en que tampoco se sienten muy de la guerra de las galaxias. Si cambiamos a los protagonistas por personajes de Doctor Who de la era de Tom Baker, las historias seguirían funcionando igual o mejor.

                                       
Los dibujantes son bastante correctos. John Stokes logra construir atmósferas oscuras con un muy buen manejo de sombras y trazo sucio, que se asemeja un poco a David Lloyd. Tiene el problema de que sus dibujos son bastante estáticos y un poco duros. Por otro lado encontramos a un Alan Davis primerizo que no había desarrollado su estilo. Sabe manejarse bien en las secuencias de acción y construye muy bien los entornos, pero falla en tema rostros. Al igual que con Moore, se le nota el potencial y la creatividad en estas páginas.

El encanto de Devilworlds está en lo distinto y ver la visión del universo Star Wars de un Alan Moore que se estaba iniciando en los cómics. En general la calidad es correcta cargada de eso particular que hace que llame la atención. No defrauda pero tampoco es una obra maestra.

domingo, 27 de abril de 2014

Green Arrow de Kevin Smith - Quiver & Sounds of violence


                                           

Cuando a Dc se le ocurrió traer de vuelta a la vida a Olliver Queen, un personaje sin poderes y que encima había muerto en una explosión, le tocó a Kevin Smith encontrar la mejor forma de revivirlo. Smith es uno de esos autores a los que se les nota que tienen amor por el cómic y además conoce bien las técnicas de guión. En el primer número de la saga Carcaj (Quiver) nos enteramos del vacío que dejó la muerte de Ollie en su entorno. A pesar de haber sido una persona llena de errores, se hacía querer y dejaba una marca. Es un buen recurso que utiliza para hacer un pequeño repaso de lo que fueron los momentos más importantes del personaje. Al final de este número, Stalney Dover se encuentra con un vagabundo que usa flechas truco hechas con basura. Es Ollie.

Cuando regresa, hay algo diferente. Su mentalidad y forma de expresarse se parece a la de la liga de la justicia en la etapa de Gerry Conway o Dennis O’Neil. Hay mucho que no recuerda, y se desconcierta cuando se encuentra con los otros súper-héroes cambiados a como los recordaba. Lo curioso es que a pesar de que hay algo que no está del todo bien, solamente el gran paranoico de Batman duda de si Ollie volvió realmente a la vida. En estas escenas de reencuentros brilla la maestría de Smith a la hora de construir diálogos. La ironía y los chistes para fanáticos del cómic son geniales y logran generar nostalgia. A medida que pasan los números la naturaleza heroica de Ollie se hace evidente, como por ejemplo, cuando rescata de la explotación sexual a la adolescente Mia Dearden. Sin embargo lo que intriga es saber cómo volvió a la vida.
Hay otra trama que se va desarrollando de a poco y tiene relación con el regreso. Aquí Stanley Dover cobra mucho peso cuando pasa de ser un personaje benefactor a un ser bastante siniestro que quiere aprovechar la vuelta a la vida de Ollie para sus fines.
Carcaj es una historia simple, pero ejecutada con mucha maestría donde Smith homenajea a los cómics clásicos y se preocupa en lograr algo fundamental, divertirnos y emocionarnos. La vuelta de Ollie termina siendo una gran historia de reencuentros.

                                                 

Si hay algo que caracterizó a esta nueva etapa de Green Arrow, fueron los secundarios como una suerte de familia de súper héroes al estilo Starman en los noventas. En batman se intentó algo así, pero convengamos que no es alguien exactamente normal.  Aquí se cuidan y aprenden entre ellos sin dejar de divertirse. Lo que le da mucho peso emotivo es la forma en la que Ollie intenta acercarse a su hijo biológico, Connor para recuperar el tiempo perdido. En la segunda saga “El sonido de la violencia” esto tiene un peso enorme. Onomatopeya, un asesino de súper héroes que no pronuncia más que eso, le dispara en la cabeza. Cuando se enteran de que está en terapia intensiva, hay momentos emotivos muy fuertes que se cortan de golpe cuando Onomatopeya se entera de que Connor sobrevivió y va a terminar el trabajo en el hospital donde está internado.
En estos números logra tensiones enormes, en especial cuando muestra lo vulnerables que pueden ser los protagonistas al punto de que llegamos a sentir su desesperación.
“El sonido de la violencia” es un trhiller en estado puro que nos obliga a quedarnos hasta el final.

El dibujo de Phil Hester sigue un poco la línea de Tim Sale. Es limpio, minimalista y domina la composición de página. Donde resalta es en el dinamismo que sabe darle a sus dibujos. Se siente cómodo dibujando secuencias de acción y peleas. En los momentos tranquilos se siente cómo que están preparados para lo que sea. Las portadas de Matt Wagner se lucen bastante en cuanto a la composición, también minimalistas que simplifica la historia de cada número con muchísima elegancia. 




Fue bastante interesante volver a hojear las páginas de Green Arrow anteriores a los nuevos 52, más en concreto los números de Kevin Smith y Phil Hester del 2001. En estos números la serie comenzó con mucha fuerza y actitud. Fueron dos historias que le dieron el lugar que Green Arrow necesitaba en el universo Dc y sirvieron de empujón para que lo que siguiera mantuviese un nivel digno hasta el final.


sábado, 26 de abril de 2014

El tiempo del mal - Carlos Trillo & Cacho Mandrafina


                                                

Para festejar el quinto aniversario de la segunda generación de la revista Fierro, Juan Sasturaín editó en el número 60  “El tiempo del mal”, una historieta que había sido publicada en Francia. Es una historieta muy especial, porque fue la última que se publicó de Carlos Trillo en vida. 

Una de las razones por las que las historias de Trillo llegaban a ser mágicas era por su capacidad de mezclar géneros de manera sumamente natural, y darle un cierto grado de humor o picardía a sus historias. Esta no es la excepción. Ambientada en la Alemania nazi, la historia trata sobre Charlie y Bob dos amigos que se rencuentran de casualidad tras haber sido llamados por Lily para que encuentren a su madre, Greta. En el pasado habían trabajado juntos desmitificando magos como un trío inseparable. No habrían existido problemas entre ellos de no ser por dos razones: Ambos estuvieron enamorados de Greta, lo que por medio de un problema de polleras hizo que terminaran distanciados. El otro es que son judíos en la Alemania nazi.

                                                 

Para que una historieta con estas características funcione bien, es necesario un buen dibujante. El destino unió esa genialidad narrativa de Trillo a Cacho Mandrafina para recrear con mucha clase esa época. Es mundo donde la tensión es enorme, y se siente ese estallido social que va a explotar en cualquier momento para mal. Es el mismo ambiente el que hace que los personajes tengan que andar con cuidado, pero como es marca registrada de Trillo, los personajes no son figuritas que están ahí para escapar y hacer lo que deban hacer. El desarrollo de personajes es sobresaliente. Bob y Charly parecen preocuparse más en señalarse los defectos mutuamente y pelear la paternidad de Lily. Mientras tanto aparecen otros personajes que cambian este modo de pensar, como Judith, la posadera que pasa de víctima a heroína, los magos, e incluso los nazis que no caen en el cliché típico.

En su corta extensión, la historia da unos giros de tuerca bastante interesantes, algunos lamentablemente caen en el cliché y lo evidente, pero manejado con mucha elegancia. Otros sí son muy efectivos, que no solo nos hacen replantearnos todo lo que Trillo nos había hecho creer, y dan razón de ser a los primeros, sino que además, va encaminado a una fusión de géneros. El Thriller policial se enriquece con elementos del realismo mágico que tan bien supo dominar en “Cosecha verde”, que también fue dibujada por Mandrafina.

En materia dibujo, el trabajo es impecable. Mandrafina, conocido por obras como “Savarese”, o “Mort”, sabe moverse en los medios urbanos, sobre todo bares y calles turbias. Las reminiscencias a películas Noir clásicas se hacen evidentes, y le dan mucha fuerza a su dibujo, que ha evolucionado, sobre todo a la hora de pintar y elegir colores con los años.  


                                   

Entre giros, conspiraciones, magos y la magia que hacía único al guionista, la historia cierra en un final muy abierto, que en realidad prometía la longevidad de la serie. El vacío dejado por Trillo se deja notar mucho más y nos hace reflexionar en lo genial que fue este guionista. 

jueves, 24 de abril de 2014

Laura - Guillem March


                                             

Hay errores que marcan a los autores con fuego. El español Guillem March dibujó a Catwoman en una postura no muy cómoda para dejar en claro sus atributos físicos. Un error que puede pasar, sin embargo la portada del número 0 del personaje se viralizó. 

 Antes de dar el salto a Dc, Guillem March era autor integral. Se caracterizaba por sus cómics de corte costumbrista protagonizados por chicas. La trilogía “Ana, Sofía, Victoria” y el posterior “Laura”. Sin dudas lo que los hizo famosos, más allá de los dibujos, es la forma en la que plasma el mundo de los jóvenes, sin caer en lo trivial o historias románticas light.

Laura comienza con un lugar común. La protagonista, una universitaria tímida, está deprimida porque se enamoró de su amigo Marcos, y tiró todo al diablo con un beso.  Normalmente es el tipo de historia que muchos dejamos de leer y es aquí donde comienza a perfilar la habilidad de March a la hora de encarar el guión. Va intercalando entre las escenas donde hubo un histeriqueo con lo que podría haber sido una linda historia de amor con un trabajo de personajes y diálogos muy buenos. Por otro lado muestra a Laura deprimida con unos monólogos interiores de alguien con quien empatizamos y comprendemos. Aparece Elena, una amiga extrovertida y amante de las fiestas. Decide comenzar a sacarla para que se le vaya un poco esa depresión. Laura en un principio no está muy convencida. Conoce a alguien, las cosas salen mal, pero es el empujón que necesita para cambiar. Da gusto ver la forma en la que cambia su filosofía de vida, se acepta, y logra tener una actitud más segura con respecto a sí misma. Es decir, comienza a madurar.

A la hora de crear un contexto donde se muevan sus personajes, March sabe reflejar el mundo de los universitarios en la ciudad, marcando los momentos que se comparten con amigos en bares, boliches, las infaltables compras y por supuesto, la playa. Los momentos con la familia dónde ese carácter dulce resalta más junto a su hermano Alberto, y claro, no faltan las situaciones familiares que no llegan a roces, sino que son situaciones maduras. En los momentos de introspección hay escenas muy lindas como la de la plaza, donde comienza a notarse en los monólogos el cambio que les había mencionado. Hay algunos momentos que hacen ruido por la carga erótica innecesaria, pero son mínimos por suerte. Digamos que son el lado “comercial” del cómic.

                         

El dibujo de March es de trazo limpio y dinámico con personajes muy estilizados. Recuerda un poco a Manara en cuanto a rostros y los cuerpos y el infaltable componente erótico que aparece un poco.  Donde realmente se luce es construyendo ambientes y climas. Se nota un crecimiento desde “Ana, Sofía, Victoria” y la manera en la que se siente cómodo ilustrando locaciones dentro de una trama costumbrista, sin abusar en ningún momento de los detalles. No necesita mucho para meternos por ejemplo en un boliche. El coloreado va acorde a los estados de ánimo de Laura, va desde tonos sepias en su depresión hasta los pasteles cuando se va encontrando. A veces se juega con posturas y ángulos muy trabajados no siempre de forma exitosa. Eso sí, muy lejos del desastre de Catwoman 0.  Algo que se agradece, es que los desnudos están contados y no están porque sí. No cayó en la tentación como otros autores.

Laura es un muy buen cómic que sabe reflejar la vida y los sentimientos de los jóvenes adultos. Hay un muy buen trabajo de personajes y diálogos. No llega a ser una obra genial, pero les aseguro que es mucho mejor que muchos otros dramas que el estilo. El dibujo muestra a March en un gran momento.

                                                      




miércoles, 23 de abril de 2014

Los Galochas - Juan Sastirain & Liniers


                                                  

Una tribu que olvidó su idioma es algo que debería tener pilas y pilas de libros que estudien el fenómeno y más allá. Hay un solo libro y un solo experto en la tribu de los Galochas, el profesor Mercapide. No hay que buscarlos, uno los encuentra por casualidad, como es lógico con un pueblo que no tiene lugar fijo, sino que lo alquila. ¿Qué le vamos a hacer? Son gente exagerada. 

                                        

Con doce relatos, ni más ni menos, el señor Juan Sasturain, un posible galocha, con ayuda del galocha honorífico Liniers en dibujo, logra juntar las suficientes piezas para que nos armemos una imagen global de lo que es realmente esta tribu. Cada uno de los relatos puede funcionar por si solo por tener un protagonista, o un exponente de algo. Por ejemplo, Pelafustan, el primer y último tiarca, que se alejó de los clásicos patriarcados o matriarcados. Fue el tío supremo. También hay gente como la maestra de maestros de sentimientos, Suspiria que supo que siempre queda algo que enseñar cuando se acaban las historias. Y otros más que si los nombro, no va a quedar libro para que lean.

Lo curioso es la forma en la que siguen en grupo a cada uno de estos personajes, y como se afecta su forma de vida y de pensar. Actúan, meten la pata o adoptan algo, siempre desde su propia forma de ser y desde su lógica. Solamente a esta gente se les ocurre que su líder sea uno de esos tíos bonachones, que dedica su tiempo por igual para cada uno de la tribu. A veces aprenden y el profesor Mercapide saca conclusiones geniales. En otras solamente viven el error.
Como dijimos, es gente exagerada, así que estas historias que se intentan disfrazar de texto científico contado, son tomadas desde lo absurdo y la ironía. Dentro del juego, Sasturain hace que pensemos. Se nota su base literaria y sorprende la facilidad con la que logra complicidad con los lectores. No son historias triviales aunque sean divertidísimas. Hay una sabiduría y filosofía de vida que salen escarbando un poco. Estos personajes tan simpáticos no son más que un reflejo exagerado de nuestra sociedad donde brillan los guiños a la cultura argentina.
Si es que hay algo para criticarle al libro, es que el pacto de lectura no se establece de entrada. Uno no sabe si es un libro infantil, algo irónico para adultos o si la apuesta va para todo público.

Algo que debería estar mencionado, pero supongo que se lo habrán olvidado en la imprenta, es que es un libro corto que se lee en una sentada. Es muy divertido, tanto que se escucha la voz de Juan narrando con una risita cómplice lo que estamos leyendo. Es posible que los deje pensando, pero no al estilo de la filosofía existencialista, sino de esa forma que solamente lo logran los consejos de un tipo simpático.

                                                 

 Si Liniers, el galocha honorífico, llega a leer esta reseña, va a pensar que me olvidé de él. Como no hay fotografías que nos completen las historias de esta gente, hace falta alguien que pueda sintonizar con todo. Logra retratar a los protagonistas, sintetizando con su estilo, cada una de las historias sin arruinar la sorpresa. Si hojeamos el libro, sus dibujos de los galochas saltan a la vista con simpatía y originalidad, pero para saber que son, vamos a tener que leer. No compiten con lo escrito, se complementan como una milanesa y las papas fritas.

Los galochas es  una de esas obras que salen de lo común con una apuesta original y divertida. Esas dos palabras no quieren decir que este libro sea algo para pasar el rato. Tiene su profundidad y cosas muy lindas que están entre líneas. Además las ilustraciones dan gusto. 

lunes, 21 de abril de 2014

Rubia de verano - Adrian Tomine


La verdad es que no le había prestado demasiada atención a Adrian Tomine. Leí una que otra cosa suya al pasar, hasta que un amigo me recomendó llevar “Rubia de verano” Linda edición, buen precio y las reseñas hablaban bien del libro así que decidí jugarme. 

                                                 

Los cuatro relatos del cómic son retazos de la vida cotidiana, donde falta un empujón para romper del todo la rutina, y llegar a ese caos personal que atormenta a los protagonistas. Por lo general son inadaptados que tienen cierto control en sus vidas. En cierta medida están acostumbrados a ese vacío en el que están y no les importa ir más allá. Sin embargo, el momento en el que algo los saca del área de confort es inevitable.

En “Alter Ego” Martin Courtney está frustrado porque después del éxito que tuvo su primera novela, no es capaz de volver a escribir. Aun así, le siguen llegando cartas de fanáticos. Entre ellas, una postal que es de un amor imposible que tuvo en la secundaria. Martin comienza a dejar todo tirado para visitarla. Novia, trabajo, etc. Es aquí donde Tomine nos muestra lo que es realmente la psicología del personaje y por qué jamás logró sentirse del todo satisfecho. Incluso reviviendo esa fantasía incompleta que inevitablemente va a terminar mal. El tema es cómo.

“Rubia de Verano” Es la historia más interesante en cuanto a tratamiento de personajes. Neil es un diseñador bastante introspectivo que no tiene más relación humana que la del trabajo, su psicóloga y una especie de intento de acercarse a Nessa. Sencillamente no sabe interactuar con otras personas.  No por nada odia a su nuevo vecino, Carlo, un rockero bohemio que tiene mucho éxito con las mujeres. Esa bronca va aumentando cuando espía las conquistas de Carlo. Lo interesante se da cuando entre ellas aparece Nessa. Dentro de ese slice of life la forma en la que plantea la necesidad de contención afectiva y la soledad, ponen la piel de gallina. La forma en la que actúan es impredecible pero humana, y eso hace que nos pongamos nerviosos. A Tomine le encanta hacernos descubrir lo que sus personajes no quieren saber. En este relato es donde más se asemeja a la narrativa de Raymond Carver (sin alcohol).

                             

En “Escapada a Hawai” vemos como la vida que Hillary Chain pensaba que era estable, comienza a desmoronarse desde el momento en el que la despiden de su trabajo. Desde un primer momento sabemos que algo no está bien con ella, cuando vemos que uno de sus hobbies es llamar a una cabina telefónica y divertirse atormentando a los que atienden, más cuando le sirven de escape a sus relaciones familiares, amorosas, y sobre todo al hecho de saber que es usada.


                                         

El libro cierra con “Amenaza de bomba” gira en torno a la sexualidad durante la adolescencia y la imagen que se crea a través de ella. Los protagonistas son Cammie, una chica que se ha descontrolado y Scotty, un adolescente apático al que tildan de gay por su amistad con otro chico. El bulling, los errores y la necesidad de integrarse son tratados con mucha sutileza. Lo que importa es como se las arreglan los personajes.

Como pueden ver, en estas historias que son aparentemente simples, Tomine explora la psicología de los que no logran adaptarse al medio social y deja ver entre líneas como se encuentran atormentados.  Gracias a su narrativa pausada, sabe lograr tensiones en los diálogos y que los silencios se conviertan en momentos muy intensos. Tienen mucho del realismo sucio de los ochentas y noventas. Más de Tobias Wolff que de Carver. Tomine tiene una carrera en literatura, cosa que se nota cuando narra.

A nivel gráfico lo primero que llama la atención es lo clásico en cuanto a la disposición de viñetas.
Sus dibujos son correctos, no hay poses ni perspectivas jugadas. Si predominan los primeros planos y planos medios. Los juegos de sombras y el claro oscuro le dan un toque realista tirando a caricaturescos, con un poco de aire a Clowes. Lo que si resalta es la narrativa. En el manejo de los tiempos y las secuencias, sabe dar el efecto a nivel gráfico que complementa sus historias. En esto es un poco Miller. No será un gran dibujante, pero conoce lo suficiente el medio como para narrar sus historias como se le da la gana, y se nota que se siente cómodo en eso.

Rubia de verano es una obra redonda en todo sentido. Aquí el Slice of life se convierte en un acierto que le permite a Tomine tratar temas muy profundos con una simpleza enorme, e incluso lograr tensiones psicológicas en esto. Algo que aprendí, es que cuando los silencios llegan a golpear, es porque hay un gran trabajo de narrativa.
Si todavía no conocen a este autor, les recomiendo este tomo para iniciarse.  

domingo, 20 de abril de 2014

Bienvenidos - Nuevos inicios







Los que conocen de cómics, seguro se imaginan para donde va a ir orientado este blog. Para los que no saben, el título está relacionado a linterna verde. El libro de Oa (planeta donde están los Green lantern) es donde los guardianes del universo dejaron su sabiduría, su historia, la de cada miembro de los GL corps, entre otras cosas. No me voy a centrar para nada en ese universo. Lo que quiero es hacer artículos o reseñas de cómics en general y todo lo que los rodea, películas, series, animación, etc. Cada tanto salir un poco con reseñas sobre libros que probablemente serán de autores relacionados con el cómic como Denise Mina o Neil Gaiman.


                                

 Me presento para los que no me conocen: Soy Sebastián, fanático del universo comiquero desde que tengo memoria. Por esas vueltas de la vida casi me recibí de médico. En medio de esa confusión vocacional, descubrí que amaba las letras, más si están relacionadas con el cómic. La vida da sus giros también, así que ahora estoy en carrera para ser comunicador, es más, este año si se dan las cosas, logro un título intermedio, periodista.
Estuve en algunas páginas como Locos por el cine, la sección de noticias de Deviant art y cada tanto participo en blogs de amigos. Esta vez el blog se reabre para quedarse.Como dijo Alberto Breccia, "El fuego purifica" así que comenzamos desde cero. Además mi novia, Dani, me da una mano enorme en el diseño y en los empujones necesarios para que esto siga.


                               

Me gusta compartir lo que se sobre cómics y cultura en general con mis amigos. Es hora de ir un poco más allá y llegar a ustedes. Espero que disfruten tanto este blog como lo voy a hacer  yo.


Atentos porque dentro de poco voy a largar un blog con gente copadísima.